Después de muchos problemas de todo tipo se ha estrenado The Green Hornet, la adaptación de la serie televisiva norteamericana que convirtió en estrella mundial a Bruce Lee. El encargado de tomar el relevo como el "chofer para todo" ha sido la estrella taiwanesa Jay Chou, y es sin duda su parte lo mejor de una pelicula divertída y con un aire diferente en cuanto a pelis de acción con "justicieros" de por medio, gracias también a la imagínativa dirección del francés Michel Gondry.
Rebobinemos unos dos años: saltaba la noticía de que Stephen Chow íba a dirigir y protagonizar como Kato la versión de "The Green Hornet". Un año después, Chow dejaba de ser el director, siendo reemplazado por Michel Gondry, pero mantenía el papel de Kato. No pasó mucho tiempo hasta que Chow desapareció completamente del proyecto, dejando el sitio libre para una nueva estrella, un joven muy conocido en Asia, pero desconocido para el público mainstream norteamericano: Jay Chou. El actor, cantante y productor taiwanés, se hacía con un papel que puede representar su puerta de entrada a Hollywood.
Después de ver la película esta claro que si no consigue hacer carrera en la meca del cine puede ser por dos factores, el primero, que él mismo no quiera, y el segundo que no encuentre papeles fuera de los estereotípos de "el chino de la película", porque en su papel de Kato esta simplemente espectacular, muy carismático. El actor se beneficia del tratamiento y desarrollo de su personaje, que no es un estereotípo de "asiático" ni un secundario más, sino el coprotagonista, el "colega" que junto a Rogen forma la pareja protagonista, ambos con la misma importancia. Por supuesto, aún gana más importancia ya que su personaje no sólo es el que más mola, sino el más simpático.
La película esta guionizada, producida y protagonizada por Seth Rogen, y eso es algo que paga el espectador: su parte, la del niño rico, es diferente a lo habitual al dar un enfoque en que parece más un universitario borrachuzo de fraternidad, que un pijeras, pero a cambio también es mucho más insoportable. Rogen pone a prueba nuestra paciencia, con una actuación cargante y unos diálogos dignos de personaje de "La revancha de los novatos".
Gondry por su parte añade la estética, con algunos de sus efectos imaginativos, pero esta realmente, como él mismo admite, no es una de "sus peliculas", sino que trata de un trabajo de dirección y no tanto de creación, como estamos acostumbrados a verle. El director ha incluido lo que le hayan dejado, pero aparte de un par de escenas totalmente suyas, y el estilo visual del film, poco o nada tiene que ver con el resto de su filmografía.
En el reparto también esta Christopher Waltz, que vuelve a ganarnos a todos con su papel de jefe del hampa en plena crisis existencial, como un Tony Soprano de país del este, Cameron Diaz cuya presencia es (por suerte) apenas testimonial, y un par de cameos, uno más divertido que el otro, el de James Franco en la escena inicial, y el de Edward Furlong, el niño de Terminator 2 que con bastánte mal aspecto (más allá de su personaje) da vida a un pequeño traficante. Tom Wilkinson y Edward James Olmos le añaden prestigio al reparto con su presencia, como siempre con mucha clase.
En general la pelicula es divertida, tiene un ritmo bastante alto, y aunque la história sea previsible lo compensa la quimica entre los dos protagonistas, a pesar de la pesadilla que resulta Seth Rogen. Si aguantas su presencia, esta cási garantizado pasar un buen rato.
Siempre nos quedará pensar que hubiera pasado si hubiera puesto el guión Stephen Chow, o si el control creativo hubiera estado en manos de Gondry y no en las del productor guionista y protagonista Rogen, pero pese a todo, el producto final resulta recomendable para una tarde de palomítas.
Puntuación 6.5/10
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