Apenas unas semanas después de que se estrenara “The thieves” el verano pasado en Corea del sur, llegaba a las pantallas nacionales un film con un planteamiento ligeramente parecido, “The Grand Heist” (o “Gone with the wind”), en el que dos hombres con sed de venganza reunían a un peculiar equipo de expertos para realizar un gran robo. Ambientada en la época Joseon, y con un reparto encabezado por un seguro de vida como Cha Tae-hyun, el eterno protagonista de “My sassy girl”, esta comedia con intrigas de palacio, y una buena dosis de acción y risas, es una propuesta perfecta como uno de esos entretenimientos de calidad a los que nos tienen acostumbrados los coreanos.
Duk-moo, el alocado hijo de un noble y una concubina, ve como su padre es exiliado de la corte para protegerle después de que fuera arrestado falsamente por traición. El joven se huele que hay gato encerrado, y se alía con un oficial encargado de un bien tan preciado como el hielo en el palacio, que fue destituido de manera oscura, para vengarse del noble que, en su afán de hacerse con el monopolio del precio del hielo, destruyó sus vidas. Ambos reclutarán a un pintoresco equipo para llevar a cabo su plan.
Competir en taquilla como lo hizo con “The thieves”, y no sólo sobrevivir, sino llevar a casi 5 millones de personas al cine, no es moco de pavo. El secreto para que “The grand heist” funciona de esa manera, esta en reunir un buen puñado de elementos como un guión funcional, pero que se desarrolla de manera sensacional, tocando todas las teclas adecuadas y resaltando los puntos fuertes de un reparto a la medida, y añadiendo un tono ligero y divertido a un ritmo que no decae en ningún momento. El director debutante, Kim Ji-hoo, hace un excelente trabajo en sacar el máximo de todos los recursos, dando como resultado una película de lo más divertida y entretenida.
La historia combina perfectamente el propósito del robo en el palacio con las motivaciones de los dos protagonistas principales, dándole un buen fondo a los dos personajes y haciendo de ellos una extraña pareja: Duk.moo, interpretado por un excelente actor de comedia como Cha Tae-hyun, que sin necesidad de ningún alarde especial se mete al público en el bolsillo desde el primer minuto, es el típico personaje vago y dejado al que la situación le hará convertirse en alguien responsable; Dong-soo, interpretado por Oh Ji-ho (Sector 7), es todo lo contrario, un oficial recto, serio, con un sentido de la justicia implacable, que por culpa de esa rectitud ve como un complot le saca de su puesto.
Alrededor de los dos se formará un equipo a primera vista desastroso, pero que poco a poco va dando resultados: el siempre excelente Sung Dong-il (Iris 2) es el socio que pone el dinero para el robo, Shin Jeong-keun (Howling) es el experto en explosivos, aunque sordo como una tapia, Song Jong-oh (Reply 1997) es un maestro del disfraz, Lee Chae-yeong (Truck) y su hija Kim Hyang-ki son dos espías de primera, Ko Chang-seok (The front line) es el experto en cavar túneles, y Kim Gyl-dong (God of war) el silencioso transportista sin miedo a nada.
Al equipo se une Min Hyo-rin (Romance Town), experta nadadora que tiene una escena saliendo del agua que nada debe envidiar a la clásica escena de Ursula Andress.
La comedia, con multitud de gags entre los que no faltan como suele ser habitual los momentos escatológicos, se ve salpicada por algunas secuencias de acción que no están nada mal, en las que Oh Ji-ho luce contra su misterioso rival.
El film realmente pasa muy rápido, y puede tener el curioso aliciente de aprender como trataban con sus medios un bien tan preciado y escaso en aquella época como el hielo.
Sin llegar a los niveles de espectacularidad de “The thieves”, porque se mueve por otros caminos más ligeros y modestos, “The grand heist” es un excelente entretenimiento, perfecto para una tarde de palomitas.
7 de 10
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