Comenzamos el año con una primera semana especial dedicada a uno de los directores asiáticos más reconocidos a nivel global, Wong Kar-Wai. Su obra, de una calidad incuestionable, se hace a todas luces básica dentro del cine asiático (y mundial) moderno.
Coincidiendo con el estreno mañana en China de su esperadísima "The Grandmasters", hemos querido pagar una de las deudas del blog, donde no teníamos nada suyo reseñado por estos años de parón, donde solo estrenó su aventura americana.
Después de unos años labrando
su carrera en el mundo del cine guionizando películas de todo tipo,
Wong Kar Wai debutaba como director en 1988 con “As tears go by”,
una drama criminal ambientado en el mundo de las triadas.
En esta
primera película ya se perfilan algunos de los rasgos que marcarían
su sello en el resto de sus films, comenzando por esa relación
amorosa complicada, o la estilización visual, así como esos toques
que le acercan más a sus influencias europeas, que esta vez se
mezclan de manera más evidente con un estilo mucho más crudo y
popular del cine de Hong Kong de la época.
Probablemente no es su mejor
película, pero desde luego ya nos deja intuir el talento de uno de
los directores fundamentales del cine asiático moderno.
La película tiene por
protagonista a Wah, un miembro de las tríadas que debe cuidar
constantemente de su mejor amigo, el impulsivo Fly, que no para de
meterse en problemas. En casa de Wah se presenta además para pasar
unos días una prima, que viene desde su pueblo para recibir
tratamiento médico. Ambos comienzan una relación amorosa a la que
la vida no para de poner impedimentos.
“As tears go by”, todo un
éxito en la época, posee una muy curiosa mezcla de estilos y
elementos. Por un lado es muy fácil situarla en la época del cine
de acción de Hong Kong, en pleno auge del Heroic Bloodshed de las
películas de John Woo o Ringo Lam, por su historia y ambientación,
e incluso por el desarrollo del personaje protagonista y su dilema de lealtad. Por otro
podemos comenzar a ver rasgos e incluso situaciones que se han
repetido a lo largo de la filmografía de Wong Kar-Wai. La cohesión
en prácticamente toda su obra es una de sus principales
características, y desde luego este film de debut encaja
perfectamente, a pesar de tratarse de una obra a caballo entre la
moda del momento y las influencias y estilo personal del director.
Queda claro a lo largo de la
película que la historia que realmente le interesa al director es la
que se desarrolla entre Wah, interpretado por un magnífico Andy Lau,
y su prima Ngor, a la que da vida la que se convertiría en actriz
recurrente para el director Maggie Cheung, aunque necesite para
entorpecer ese amor floreciente a Fly, que funciona como una
constante piedra en el camino para el personaje de Lau. Jacky Cheung
realiza un gran trabajo en el papel, y no es de extrañar que se
llevara un premio por su interpretación.
Así el personaje protagonista
se ve atrapado en ese juego de lealtades, ya que mientras no puede
dejar tirado a su amigo, por temor al peor de los destinos, tampoco
quiere dejar escapar al amor de su vida.
Basada -por lo visto de manera
reconocida- en las “Malas calles” de Scorsese (no le falta ni la
referencia a los Stones, ya que “As tears go by” es una canción
compuesta por Jagger y Richards), no faltan un buen puñado de
escenas de violencia en la película, probablemente con más crudeza
de la que emplearía el director más adelante en “Ashes of time”
o especialmente “Fallen Angels”, por aquello de la ambientación urbana moderna, pero con un acabado visual similar.
A nivel de la dirección y
ambientación se marca de manera más clara el sello de WKW, con esos
planos atmosféricos, el uso de los contrastes de color, el montaje
en las escenas de violencia, o el uso de la cámara lenta. Esta tiene
su máximo esplendor en la escena en el muelle, ese momento de la
cabina telefónica que se va fundiendo hasta que toda la pantalla
queda en blanco, probablemente el primer momento memorable de la
filmografía del director. No falta tampoco el primer gran uso de una canción
en el momento, con esa versión cantonesa del “Take my breath away”
de Berlin, que se hizo tan popular como banda sonora de “Top Gun”.
Andrew Lau, que posteriormente
se convertiría en director de títulos como la trilogía “Infernal
Affairs”, se encargó de la fotografía de la película en esta
ocasión, antes que que comenzaran las colaboraciones del director
con Christopher Doyle, y cumple con un trabajo a caballo entre los
dos estilos que imperan en la película.
Seguramente el tiempo no haya
jugado a favor de la película, pero desde luego es una pieza
interesante tanto para los amantes del director, como obra primigenia
que sentaría las bases de su cine, como para los hongkongófilos con
ganas de ver una película de acción de la época, más
arty visualmente de lo habitual.
Qué grande! La vi hace un año o así y me encantó. Es que estas pelis tan antiguas están de puta madre y Andy Lau es muy bueno también ;)
ResponderEliminarEs lo que comentaba en la reseña, por un lado tiene un film de crimen típico de la época, y por otro a un autor con todas las letras que ya empieza a presentar sus credenciales :)
ResponderEliminarGenial esta película, que la tengo original de hace bastante tiempo, a mi me encanta esta especie de remake de Malas Calles. Es una peli mítica de los 80 del cine de Hong Kong que no tiene que envidiar mucho a los Heroic Bloodshed de John Woo, además que ya se empieza a ver el estilo de Wong Kar-wai, un gran autor que fusiona genialmente tanto la imagen como la música.
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