viernes, 26 de abril de 2013

26 Years.

Una de las cosas que más me llamó la atención cuando empecé a ver cine coreano era el poder de autocrítica con su pasado, y su carácter totalmente apasionado, muchas veces de manera exagerada. Provocaba un contraste muy grande con el cine de otros países asiáticos, ya sea por restricciones políticas, o del propio carácter, pero desde luego una película como “Silmido” raramente se podría haber hecho en otro país asiático que no fuera Corea del Sur.
Según iba viendo más cine coreano, y aprendía más de la historia del país, más conectaba los puntos y comprendía el sentimiento que sigue vibrando dentro de la gente, el de años de historia bajo dominación ajena, el de vivir bajo dictaduras, el de sufrir injusticias constantes.

“26 Years”, basada en un polémico cómic de Kang Pool, une el thriller de acción y el drama político como uno de esos films del nuevo cine coreano, bebe directamente de todo eso. El film toma su punto de partida de un personaje real, el ex-presidente golpista Chun Doo-hwan, y su vida después de la democratización del país: haciendo un paralelismo, imaginad que Franco (o el dictador que queráis) en lugar de morir, se hubiera retirado a una bonita casa en el centro de la capital de turno, con el status y las comodidades de un ex-presidente, sin pagar por sus acciones.

Algo así es lo que muestra el film, en el que un grupo de cinco personas de distintos ámbitos se reúnen para planear su asesinato, tres de ellos hijos de víctimas de una de las tragedias más graves del pasado reciente del país, la masacre del 18 de Mayo en Gwangju (a la que se refiere el título, ya que está ambientada 26 años después de esos hechos), en la que murieron asesinados por las tropas locales cerca de 2000 civiles.

En el film, que comienza con unos sensacionales flashbacks hechos en animación que nos muestran el pasado de cada personaje, se unen como digo thriller y ese sustrato político. Así vemos como la tragedia vivida atormenta a tres de los jóvenes protagonistas, que perdieron a sus familiares en la matanza, y como son reclutados por un empresario y su hijo, que ponen sobre la mesa los medios y el plan para obligar al ex-presidente a pedir perdón por sus acciones, o matarlo.

La historia es desde luego sobrecogedora y emocionante, enganchando al espectador desde ese primer minuto; antes de que nos demos cuenta ya tenemos al grupo formado y el plan en marcha, y aunque el final se alargue hasta la extenuación, no podría ser de otra forma. Este es cine coreano como decía de la vieja escuela, en el que la emoción queda por encima de todo, sin ningún tipo de límites, y en el que las lágrimas por una razón u otra están aseguradas.

Cho Geun-hyun, un renombrado director de producción con films como “Duelist” o “Forbidden Quest” a sus espaldas, es quien debuta en la dirección con este film, en el que hace un magnífico trabajo. El ritmo es cautivador y nos mete de lleno en los sentimientos que mueven a los personajes, perfectamente delineados, desde el primer minuto. El film al fin y al cabo tiene estructura de thriller, y es el tema político lo que da fondo a la historia y a sus personajes.

La producción de la película, que estuvo parada durante tres años, fue complicada como poco, más que probablemente por presiones políticas, pero gracias al crowdfunding y a la tenacidad por sacar el proyecto adelante, “26 Years” se pudo estrenar el año pasado, con mucho éxito además.
De hecho los créditos finales duran casi quince minutos, ya que aparecen los nombres de todos y cada uno de los nombres de las personas que contribuyeron económicamente a que se hiciera el film, cerca de 15000 en total.

El reparto esta formado por Jin Goo (Mother), que interpreta a un mafioso de poca monta, Han Hye-jin (No mercy), que es una tiradora olímpica que regenta la librería de su padre, Seulong de 2AM es un policía de tráfico que perdió a su hermana en Gwangju. El veterano Lee Geung-young da vida al filántropo empresario que planea el asesinato, mientras que Bae Soo-bin (Fly high) interpreta a su secretario, e hijo.
El papel del ex-presidente, al que en el film nadie nombra directamente, es el actor de doblaje Jang Gwang, al que desde su doble papel de profesores gemelos pederastas de “Silenced”, no paran de salirle trabajos de lo más atractivos. Aquí, nuevamente, lo borda como el frío y hastiado del populacho ex-dictador.

Como thriller, “26 years” es cautivador, y como drama político emocionante: creo además que los espectadores de países que han sufrido en su pasado reciente hechos similares a los de Corea del Sur, podemos conectar más todavía con ese fondo que muestra, diría que más que el de la venganza, el de reclamar justicia.

Seguramente por el poco control de las emociones y las exageraciones de algunas escenas no es un film que recomendaría a todo el mundo (igual que tampoco recomendaría “Silmido”), pero si desde luego para todos aquellos a los que les interesa mínimamente la historia y cultura de Corea. 

8´5 de 10

11 comentarios:

  1. excelente comentario, de manera inmediata convoca a ver la peli, no se donde se encontrará para verla por internet. recordé otra peli sobre el tema que se llama justamente mayo 18, con lee jun ki, basada en los hechos de aquel día. tambien tengo que verla. los felicito por tan buen blog

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    1. Ahora esta en netflix aunque la puedes ver online creo que ya esta en facebook

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  2. Gracias por el comentario.

    linazaurea, puedes encontrar la película en allzine o asiateam ;)

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    1. Yo también quedé con esa maldita y jodida incógnita

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    2. Cómo la intérprete yo el único que queda es el policía y el político pasa al final en su limosina. Así que no , al igual que la realidad no recibió su castigo.

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    3. Yo opino lo mismo al ver la limosina pienso que no lo mataron, me gustó porque es un claro ejemplo de lo que pasa en la realidad con los mandatarios

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  4. Se me hizo muy buena película.
    Toca un tema que muchos países desafortunadamente han vivido a causa de la política.
    El final no me gusto pero es el deshonroso final que existe.


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    1. Me gustó la película pero tienes razón triste y cruda realidad

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  5. El final no lo comprendí que sensación más horrible

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    1. No lo mataron, una triste realidad para muchos casos y muchos paises

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