Una de las cosas que más me llamó la
atención cuando empecé a ver cine coreano era el poder de
autocrítica con su pasado, y su carácter totalmente apasionado,
muchas veces de manera exagerada. Provocaba un contraste muy grande
con el cine de otros países asiáticos, ya sea por restricciones
políticas, o del propio carácter, pero desde luego una película
como “Silmido” raramente se podría haber hecho en otro país
asiático que no fuera Corea del Sur.
Según iba viendo más cine coreano, y
aprendía más de la historia del país, más conectaba los puntos y
comprendía el sentimiento que sigue vibrando dentro de la gente, el
de años de historia bajo dominación ajena, el de vivir bajo
dictaduras, el de sufrir injusticias constantes.
“26 Years”, basada en un polémico
cómic de Kang Pool, une el thriller de acción y el drama político
como uno de esos films del nuevo cine coreano, bebe directamente de
todo eso. El film toma su punto de partida de un personaje real, el
ex-presidente golpista Chun Doo-hwan, y su vida después de la
democratización del país: haciendo un paralelismo, imaginad que
Franco (o el dictador que queráis) en lugar de morir, se hubiera
retirado a una bonita casa en el centro de la capital de turno, con
el status y las comodidades de un ex-presidente, sin pagar por sus
acciones.
Algo así es lo que muestra el film, en
el que un grupo de cinco personas de distintos ámbitos se reúnen
para planear su asesinato, tres de ellos hijos de víctimas de una de
las tragedias más graves del pasado reciente del país, la masacre
del 18 de Mayo en Gwangju (a la que se refiere el título, ya que
está ambientada 26 años después de esos hechos), en la que
murieron asesinados por las tropas locales cerca de 2000 civiles.
En el film, que comienza con unos
sensacionales flashbacks hechos en animación que nos muestran el
pasado de cada personaje, se unen como digo thriller y ese sustrato
político. Así vemos como la tragedia vivida atormenta a tres de los
jóvenes protagonistas, que perdieron a sus familiares en la matanza,
y como son reclutados por un empresario y su hijo, que ponen sobre la
mesa los medios y el plan para obligar al ex-presidente a pedir
perdón por sus acciones, o matarlo.
La historia es desde luego
sobrecogedora y emocionante, enganchando al espectador desde ese
primer minuto; antes de que nos demos cuenta ya tenemos al grupo
formado y el plan en marcha, y aunque el final se alargue hasta la
extenuación, no podría ser de otra forma. Este es cine coreano como
decía de la vieja escuela, en el que la emoción queda por encima de
todo, sin ningún tipo de límites, y en el que las lágrimas por una
razón u otra están aseguradas.
Cho Geun-hyun, un renombrado director
de producción con films como “Duelist” o “Forbidden Quest” a
sus espaldas, es quien debuta en la dirección con este film, en el
que hace un magnífico trabajo. El ritmo es cautivador y nos mete de
lleno en los sentimientos que mueven a los personajes, perfectamente
delineados, desde el primer minuto. El film al fin y al cabo tiene
estructura de thriller, y es el tema político lo que da fondo a la
historia y a sus personajes.
La producción de la película, que
estuvo parada durante tres años, fue complicada como poco, más que
probablemente por presiones políticas, pero gracias al crowdfunding
y a la tenacidad por sacar el proyecto adelante, “26 Years” se
pudo estrenar el año pasado, con mucho éxito además.
De hecho los créditos finales duran
casi quince minutos, ya que aparecen los nombres de todos y cada uno
de los nombres de las personas que contribuyeron económicamente a
que se hiciera el film, cerca de 15000 en total.
El reparto
esta formado por Jin Goo (Mother), que interpreta a un mafioso de
poca monta, Han Hye-jin (No mercy), que es una tiradora olímpica que
regenta la librería de su padre, Seulong de 2AM es un policía de
tráfico que perdió a su hermana en Gwangju. El veterano Lee
Geung-young da vida al filántropo empresario que planea el
asesinato, mientras que Bae Soo-bin (Fly high) interpreta a
su secretario, e hijo.
El papel del ex-presidente, al que en
el film nadie nombra directamente, es el actor de doblaje Jang Gwang,
al que desde su doble papel de profesores gemelos pederastas de
“Silenced”, no paran de salirle trabajos de lo más atractivos.
Aquí, nuevamente, lo borda como el frío y hastiado del populacho
ex-dictador.
Como thriller, “26 years” es
cautivador, y como drama político emocionante: creo además que los
espectadores de países que han sufrido en su pasado reciente hechos
similares a los de Corea del Sur, podemos conectar más todavía con
ese fondo que muestra, diría que más que el de la venganza, el de
reclamar justicia.
Seguramente por el poco control de las
emociones y las exageraciones de algunas escenas no es un film que
recomendaría a todo el mundo (igual que tampoco recomendaría
“Silmido”), pero si desde luego para todos aquellos a los que les
interesa mínimamente la historia y cultura de Corea.
8´5 de 10
11 comentarios:
excelente comentario, de manera inmediata convoca a ver la peli, no se donde se encontrará para verla por internet. recordé otra peli sobre el tema que se llama justamente mayo 18, con lee jun ki, basada en los hechos de aquel día. tambien tengo que verla. los felicito por tan buen blog
Gracias por el comentario.
linazaurea, puedes encontrar la película en allzine o asiateam ;)
Y matan o no al dictador????
Se me hizo muy buena película.
Toca un tema que muchos países desafortunadamente han vivido a causa de la política.
El final no me gusto pero es el deshonroso final que existe.
Yo también quedé con esa maldita y jodida incógnita
Ahora esta en netflix aunque la puedes ver online creo que ya esta en facebook
Cómo la intérprete yo el único que queda es el policía y el político pasa al final en su limosina. Así que no , al igual que la realidad no recibió su castigo.
El final no lo comprendí que sensación más horrible
Yo opino lo mismo al ver la limosina pienso que no lo mataron, me gustó porque es un claro ejemplo de lo que pasa en la realidad con los mandatarios
No lo mataron, una triste realidad para muchos casos y muchos paises
Me gustó la película pero tienes razón triste y cruda realidad
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