viernes, 17 de mayo de 2013

Stoker.


Por fin se estrenaba este pasado fin de semana en nuestro país "Stoker", el film de Park Chan-wook rodado en Hollywood. La película puede tener un guión escrito por Wentworth Miller (el mismísimo protagonista de "Prison Break"), y ser un producción norteamericana de la compañía de Ridley Scott y su hermano, y del habitual productor de Wes Anderson, pero lleva el sello indeleble del director surcoreano.
Este perturbador drama familiar en el que la perversión y la maldad nos guían en la historia, tiene trazos absolutamente reconocibles de la obra de Park, además de una clara influencia Hitchcokiana, pero seguramente por tratarse de un proyecto que miraba más a occidente que a su propio país, se pierden algunos elementos que aportaban la frescura de su cine.

Da la impresión que más que la película americana de Park Chan-wook, "Stoker" sea la película europea de Park Chan-wook, o por lo menos de lo que el director entienda por cine europeo, con la libertad creativa que ello implica, pero también con algunos de los tics pretenciosos del cine del viejo continente.

La vida de India Stoker cambia al cumplir su dieciocho cumpleaños, cuando su padre fallece en un accidente de tráfico. La relación con su madre no es buena, y empeora cuando llega a casa un extraño invitado del que India no conocía su existencia, su tío Charlie, del que no tarda en sospechar. La sospecha se convierte poco a poco en fascinación, y la relación entre ambos les acerca día tras día.


Cualquier duda de si el trabajo de Park Chan-wook en Hollywood le llevaría a rebajar su tono habitual, más aún trabajando por primera vez con guión ajeno (si no contamos la adaptación de "Oldboy"), queda disipada totalmente según avanzan los minutos de "Stoker": este film es absolutamente reconocible como suyo y encaja perfectamente en la estantería al lado de "Thirst", su anterior film.
El director nos lleva de nuevo por el camino de la perversión de la inocencia, esta vez sin necesidad de mostrar la parafernalia católica, aunque no le faltan desde luego buen número de metáforas para mostar la llegada del mal.

La trama es sencilla, una especie de versión depravada de "La sombra de una duda" de Hitchcock, pero eso no quiere decir que la película no sea compleja; Park se focaliza en los tres personajes protagonistas, a los que ni siquiera rodea de un gran número de secundarios, que prácticamente se pueden contra con los dedos de las manos. El centro del film son las relaciones que se crean entre los tres personajes desde el momento de la llegada del tío Charlie a casa, que pervierte con sus juegos de miradas tanto a la madre como a la hija.

Seguramente la principal virtud de la película es el nivel de perturbación que logra crear en el espectador, a través de una puesta en escena que busca constantemente la poética, convirtiéndola en una especie de bellísima fábula maligna.
Pero a la vez esa virtud se convierte en su peor defecto, ralentizando la historia hasta el infinito, y sobretodo llenando el film de momentos pretenciosos, aburriendo a ratos por pura reiteración.
A Park Chan-wook, que nunca ha sido un director al que calificaría de pretencioso, se le ha ido esta vez la mano en ese aspecto, dejando por el camino ese punto de cinísmo que no faltaba en sus anteriores películas. "Stoker" se toma demasiado en serio a si misma.

En el apartado actoral destaca absolutamente Mia Wasikowska, que hace un papel fantástico como la perturbable India Stoker. Ella lleva prácticamente el peso de toda la película, y desde luego sale más que airosa, componiendo un personaje lleno de matices en su cambio.
Matthew Goode cumple perfectamnete como el oscuro tío Charlie, ese hombre misterioso y encantador, de mirada claramente lasciva. Mucho mejor desde luego que Nicole Kidman, que, admito, no es una actriz a la que adore precisamente, pero que aporta lo peor de si misma para un personaje que ya de por si es insoportable. En ese sentido se podría decir que es un acierto de casting.


Visualmente el film es una pura delicia, tanto por la fotografía del habitual del director Chung Chung-hoon, el único colaborador que Park se ha llevado a Hollywood, como por el diseño de producción de Therese de Prez. Y por supuesto por el talento del director surcoreano, que da toda una lección en exquisitez y clase.

Como cuento inquietante lleno de inmoralidad, Park Chan-wook ofrece una obra absolutamente personal, y aunque el trayecto de los 100 minutos de "Stoker" sea algo farragoso y le sobren esos puntos de pretenciosidad que le hacen más mal que bien, el viaje vale la pena.

7 de 10

2 comentarios:

  1. Bueno bueno, yo la fui a ver ayer y prácticamente opino como vosotros ^^
    Ya nada más puedo añadir que no esté en la reseña jajaj.
    Solamente se me ocurre: Escena favorita: Yo, (para decirlo en pocas palabras) cada vez que estaba de por medio India bajando al sótano.
    Y cada ajusticiamiento de cinto, aunque bastante menos.

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  2. Me alegra saberlo :) en general hemos vistos comentarios totalmente positivos en la red, pero nosotros le ponemos esos peros.
    Gracias por el comentario!

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