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 Las pasadas navidades Jackie Chan reventó la taquilla de China con “Chinese Zodiac”, la llamada tercera parte de la saga “La armadura de Dios”, en la que volvemos a una dosis de aventuras y acción al estilo habitual de Jackie. La estrella de las artes marciales decía que esta sería su última película con acción a su estilo, con escenas espectaculares realizadas sin dobles, que sumado a que en los últimos años Jackie se ha prodigado en otro tipo de producciones menos demandantes, han aumentado las ganas del público de verle en su salsa una vez más.
El resultado es un entretenimiento cien por cien familiar, en el que destacan algunas de las escenas de acción, pero cuyo tufillo nacionalista y moralina sermoneante pueden fácilmente tirar un poquito para atrás al público fuera de China.

JC, el líder de un grupo de ladrones de obras de arte, recibe el encargo de hacerse con las doce cabezas de bronce que representan los doce signos del zodiaco, robadas en el siglo XIX por las tropas británicas.
Así el equipo se pondrá en marcha y llegarán a París, donde con la colaboración inocente de la integrante de una organización contra la subasta de objetos históricos y una dama de la alta sociedad comenzarán la caza de las cabezas.

Podríamos decir que “Chinese Zodiac” nos da todo lo que podemos esperar de una película de Jackie Chan, esa mezcla de acción y humor, con coreografías espectaculares y escenas delirantes, con un tono ameno y familiar. El problema es que el guión, que nos va llevando de localización a localización en una carrera en la que los personajes no parecen plantearse demasiado las cosas, nos va recordando constantemente lo mal que estuvo invadir y saquear China en el siglo XIX, así como la venta para muchimillonarios de reliquias históricas que deberían estar en museos. Y no es que no le falte razón seguramente, pero queda bastante desfasado y, la verdad, tener al dueño de una casa de subastas interpretado por Oliver Platt como villano es bastante flojito. Por no mencionar que China no parece el país más indicado del mundo para ir dando lecciones de humanidad y respeto al prójimo al resto del planeta.

Quitando ese fondo como decía nos queda una típica película de aventuras de Jackie Chan, en la que verle danzar de ciudad en ciudad, peleando contra todos los guardas de seguridad del mundo, escapando por centímetros de las balas del ejército de un país de aspecto soviético, y hasta corriendo delante de un puñado de Dobermans. Puro Jackie Chan, seguramente con un ritmo más flojito de lo que le habíamos visto en otros films quitando un par de escenas -no olvidemos, Jackie está en los 58 años- , y con un tono en algunos momentos tan ligero (cuando digo ligero, digo infantil) que uno parece estar viendo una de esas comedias de  Disney de los años 70.

Jackie se ha buscado esta vez como comparsa nada menos que al surcoreano Kwon Sang-woo, que también participa en algunas escenas de acción, la modelo y campeona de taekwondo Zhang Lanxin, la belleza Yao Xingtong o el actor francés Alaa Safi, que da vida al rival de Jackie, Vulture.
Hay unos cuantos cameos ademas de Bo-lin Chen, Daniel Wu, Shu Qi y hasta de la propia esposa de Jackie.

Mejor quedarse con la parte del entretenimiento y las escenas de acción espectaculares -Felix Baumgartner es un mindundi al lado de lo que hace Jackie en el film-, que con las lecciones morales de una película enfocada totalmente al público de China, donde como decía ha sido un pelotazo. En Francia sin embargo, no creo que les haga tanta gracia.

5 de 10

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