Un película de catástrofes con todos los pros y contras del género, con todos sus clichés pero también con toda la emoción y espectacularidad de esta clase de films.
La premisa es simple y directa, no tarda en pasar a la acción, y la fiesta de Navidad de un gran rascacielos se convertirá en segundos en un infierno para los asistentes, tanto los residentes como los bomberos que intentan rescatarlos y detener el incendio producido por un terrible accidente que propaga rápidamente el fuego por las plantas superiores, atrapándolos y surgiendo el caos.
El primer acto de la película se dedica a presentarnos a los personajes y sus historias, incluso se les da el suficiente tiempo en pantalla a los personajes secundarios para un pequeño desarrollo, pero como he dicho rápidamente pasamos a la catástrofe. Ni treinta minutos pasan para poner en riesgo a los protagonistas, para pasar a las escenas intensas, apasionantes y emocionales, a la acción y los sobresalientes efectos especiales (una pena no poder haberla visto en 3D) que por si solos justifican la experiencia y visionado de la película.
Accidentes aéreos, explosiones, inundaciones, desmoronamientos, rescates en el último minuto… elementos llenos de emoción básicos de un buen film de desastres, a los que se les unen momentos íntimos y sentimentales que muestran la fragilidad de los personajes, incluso de los mas heróicos como son los bomberos.
Hay que admirar el apartado técnico de la película, el deleite y la espectacularidad de sus efectos especiales, en este sentido esta película de desastres es impecable y sofisticada, un buen ejercicio de efectos especiales, de fuegos artificiales visuales.
En el reparto nos encontramos con Son Ye-Jin (Classic) o Kim Sang-Kyung (Memories of Murder), que dentro de la coralidad tienen más protagonismo, además de numerosos secundarios habituales, a destacar Kim In-Kwon (Masquerade, Haeundae) y algunos actores de renombre como Ahn Sung-Ki (Silmido).
Sus personajes se entrecruzan y están unidos por el objetivo común de salir con vida del edificio, pero cada uno tiene su propia historia (esencialmente amorosa) que arreglar.
Sus personajes se entrecruzan y están unidos por el objetivo común de salir con vida del edificio, pero cada uno tiene su propia historia (esencialmente amorosa) que arreglar.
Aunque sin duda todos ellos están más que eficaces en sus papeles arquetípicos (y algo faltos de profundidad), es sin duda el carismático actor Sol Kyeong-gu (Public Enemy) quien se lleva mis elogios, quien destaca y brilla en el papel más heroico, emocional y emocionante com oel jefe de la brigada de bomberos.
A pesar de ser un film lleno de todos los tópicos, “The Tower” sería perfecta en su género sino fuera por los innecesarios y excesivos momentos humorísticos que nos impiden tomar en serio a los momentos más dramáticos y emocionantes, y a los personajes en esas situaciones entre la vida y la muerte.
No es a causa de la espectacularidad de las escenas o una actuación pasada de vueltas, sino de las líneas de guión del personaje gracioso o el tono cómico que nos hace imposible identificarnos y simpatizar con la escena y personaje que en ese mismo momento esta mostrando todos sus sentimientos.
Los surcoreanos son expertos en mezclar géneros, algo que hemos visto en numerosas películas, y en especial con gran éxito en la película por excelencia de catástrofes surcoreana, “Haeundae”. Pero en este film no acaba de cuajar, y mientras que a nivel de espectacularidad no hay problemas y es totalmente convincente en sus escenas de acción, a nivel emocional es menos atractiva y falla.
“The Tower” es una buena película de catástrofes, muy para amantes del genero. Un melodrama de desastres con un ritmo trepidante que destaca visualmente, por sus efectos especiales y su acción, una película palomitera para un publico no exigente y que sepa disfrutar de un entretenido e impresionante espectáculo.
Puntuación 6/10
Entradas
0 comentarios:
Publicar un comentario