viernes, 20 de julio de 2012

My Way.



Mucho se esperaba del regreso al cine de Kang Je-kyu, el director de uno de los films básicos del cine surcoreano reciente como "Taegukgi", volviendo además al género bélico después de un largo tiempo de sequía. En este caso con una historia ambientada en la segunda guerra mundial, reparto internacional formado por el surcoreano Jang Dong-gun, el japonés Joe Odagiri y la actriz china Fan Bingbing, gran presupuesto (el mayor de la historia del cine coreano he leído), y rodando en varios países.
Una gran epopeya, que por desgracia se convierte en una retahíla de escenas de combate, todo lo descarnadas y crueles posible, buscando mostrar con el mayor realismo el sinsentido de la guerra, pero que convierte a su protagonista en una especie de Willy Fog que deambula de un país a otro, de un uniforme a otro, sin demasiado sentido.
La emoción, el desarrollo de personajes, y la coherencia se pierden entre tanto viaje y explosión.

Kim Jun-shik, un joven que sueña con ser atleta en la Corea ocupada por los japoneses a finales de los años 30, es reclutado a la fuerza junto a un grupo de coreanos por el ejercito nipón, que lo envía al frente después de un gran altercado por una carrera. Allí se reencuentra con el enemigo íntimo de su infancia, Tatsuo Hasegawa, su rival en la maratón, y el nieto del general japonés a cuyo servicio ha estado siempre la familia de Jun-shik, por lo menos hasta que el padre de este fue acusado de participar en un atentado que acabó con el general.
Así comenzará un viaje en el que intentará salvar la vida en el frente, que le llevará hasta el Dia D, el desembarco de Normandía.




Da la sensación viendo “My way”, que el director estaba tan seguro de impactar al espectador con las impresionantes escenas de guerra, una puesta en escena simplemente espectacular y el reparto encabezado por tres estrellas, que se le olvidó dar un poco de coherencia al guión. Parece que Kang Je-kyu nos ha querido vender la misma moto por una segunda vez, y lo que en “Taegukgi” se convertía en una historia emocionante, aquí simplemente no tiene ningún sentido. Dos personajes que desde su infancia han sido rivales, en que uno de ellos, el japonés, ha estado siempre por encima por derecho o por decreto, se convierten, después de que el personaje de Joe Odagiri siga hostigando al de Jang Dong-gun durante años, hasta llevarlo al borde de la muerte, misteriosamente en los mejores amigos del mundo. O eso, o el personaje coreano se merece la canonización inmediata como buen samaritano, ya que incluso en el fragor de la batalla salvaría a su enemigo más profundo.

El supuesto mensaje de la estupidez de la guerra se pierde por pura repetición, siguiendo ese esquema del cine erótico por el que cada diez minutos debe de haber por lo menos una escena de sexo, aquí ocurre lo mismo y cada pocos minutos salta una nueva batalla. No hay demasiados diálogos en que los personajes reflexionen un poco sobre la situación, sino que la película es una montaña rusa en que vamos de batalla a batalla, de viaje en viaje.
Desde luego no ayuda en absoluto la rigidez de los personajes, donde los grises prácticamente no existen, todo es blanco o negro, buenos que soportan las continuas torturas, y malos que disfrutan aplicando el látigo. Ya sean de un bando u otro, todos los personajes, a excepción del grupo de surcoreanos obligados a batallar en el ejercito japonés, parecen simplemente robots dedicados a hacérselo pasar mal, con momentos que rozan el ridículo.




Jang Dong-gun interpreta de una manera demasiado acartonada al sufrido protagonista, mientras que Joe Odagiri da rienda suelta al exceso en un papel que por lo menos le da pie, aunque sea de manera poco creíble, a tener una cierta evolución, y desde luego en la parte final del film se le ve mucho más cómodo.
La participación de Fan Bingbing es anecdótica ya que no debe de estar más de diez minutos en pantalla como mucho, aunque el nombre le de un cierto caché a la película, que de momento no parece que se haya estrenado en China.

Sin ningún sentido de la mesura, lo mejor de la película son las escenas de batalla multitudinarias, donde cada won del presupuesto se nota, y el aspecto visual con la fotografía de Lee Mo-gae (Encontré al diablo, El bueno el malo y el raro) y una puesta en escena simplemente impresionante, tanto en la recreación de la época en las variadas localizaciones, como especialmente cuando llegan al campo de prisioneros en Siberia .

Sin emoción, sin contenido, sin sentido. Visualmente impresionante, pero muy poquito más.


3,5 de 10

2 comentarios:

De acuerdo a medias con el análisis. Es cierto que la película peca de previsible y facilona, con un guión que no deja lugar a la sorpresa y que además en algunas ocasiones recoge fragmentos ya vistos en otras películas del género (¿alguien dijo The Front Line?); pero a mi parecer globalmente el resultado es más que correcto.

Lo que está claro es que las expectativas que había generado la película eran muy altas (tanto por presupuesto, como por venir de quien viene), y compararla con Taegukgi le hace mucho daño.

Saludos

No entiendo como esta gustando tanto esta My Way, la verdad, lo siento pero no llego a poder entenderlo.

My Way es plana se compare o no con Taegukgi y eso, y que los personajes sean poco creibles, es lo que hace daño a esta película.

En esta película lo de las expectativas (por lo menos en cuato a nosotros) no sirve, desde su estreno ha tenido malas criticas y ya ibamos con cuidado a ver que nos encontrabamos.

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