lunes, 11 de junio de 2012

Phone call to the bar (Tantei wa bar ni iru).


Ya sabemos que a los japoneses les encanta el género detectivesco, contra más clásico mejor, y la producción de policíaco así lo sigue reflejando tanto en cine y tv como en manga y anime. A esta corriente se apunta “Tantei wa bar ni iru” (algo así como “El detective en el bar”), una muy entretenida película en la que Yo Oizumi (Gegege no Kitaro) asume el papel del detective privado de vieja escuela, fumador compulsivo al que nadie le quita su whisky doble por las tardes en el bar que toma como oficina. Por supuesto una femme fatale se cruzará en su camino, en el que ira deshaciendo la madeja de un caso que según se va resolviendo, se hace cada vez más complicado.


Oizumi interpreta a un detective privado de medio pelo que vive en los barrios bajos de Sapporo, que recibe una llamada de una misteriosa mujer, que le encarga una misión que despierta la curiosidad del detective: ir a preguntarle a un hombre relacionado con la yakuza “que le paso a Kato el día 5 de Marzo del año anterior”. Cuando lo hace, el detective acabe enterrado vivo bajo una montaña de nieve en medio de la nada, a lo que sobrevive de milagro para comenzar a investigar un enrevesado caso.


Basado en una serie de novelas de Naomi Azuma, esta es una película de detectives de vieja escuela, con un protagonista que parece sacado de cualquier novela de los Hammet y demás, ese detective de casos no demasiado glamurosos que fuma como un carretero, viste chaqueta de cuero a pesar de estar en pleno invierno, y sitúa su oficina en un bar, al que los clientes le han de llamar puesto que él se niega a tener teléfono móvil. Su compañero si que es un poco más peculiar, Ryuhei Matsuda interpreta a un amigo que ayuda en sus casos al detective, un asistente del departamento agricultura en la Universidad de Hokkaido, y experto en karate que le saca más de un apuro.


La imprescindible Voz en off, una femme fatale, una trama que se va enrevesando a cada paso adelante que dan los protagonistas, y hasta una banda sonora con tonadas de jazz de aire ochentero. No falta ninguno de los elementos para este noir moderno y entretenidísimo, tanto por la historia, que aunque complicada por momentos da la oportunidad a los protagonistas a interrrelacionarse con un grupo de secundarios muy variopinto, como por el tono muy ligero, con momentos de pura comedia y bastante más acción de la que uno puede esperar.


El encargado de dirigir es Hajime Hashimoto, que además de algunos films no demasiado conocidos como “Yakuza Wives: Burning Desire”, dirigió algunos episodios de la dos primeras temporadas de “Aibou”, una de las series más populares de Japón, protagonizada por un par de detectives de policía, ya en su novena temporada, y además actuá como consejero en el canal de tv de pago Wowow, con una impresionante producción propia de especiales y series de trama policíaca. Su trabajo en el film es muy decente, sabiendo dar a la historia un ritmo dinámico, y dejando gran parte del peso en la excelente química entre Oizumi y Matsuda, que están simplemente magníficos en sus papeles. Seguramente Oizumi, habitualmente un secundario de lujo, no sea el actor más carismático del mundo, pero precisamente por eso le da un aire a su personaje más auténtico que si la hubiera protagonizado el guaperas de turno.
Matsuda simplemente brilla en estos papeles, en que roba el show esta vez con sus gafas de estilo retro y su parka, con un personaje callado que reparte patadas con una solvencia sorprendente.


El reparto de secundarios es amplio, entre los que destaca por supuesto Koyuki (Always, Kamui) como la esposa de un empresario fallecido, Yutaka Matsushige (Crows), Kasuki Namioka (Hara-kiri), Renji Ishibashi (Outrage) y Toshiyuki Nishida en un pequeño papel.

Veremos si la Toei considera que la recaudación fue suficiente para, según el plan, convertir la película en el inicio de una franquicia cinematográfica de adaptaciones de la saga de novelas protagonizadas por los detectives.
Si lo hacen, aquí no le pondremos ninguna pega, no se trata de un film imprescindible ni mucho menos, pero es totalmente disfrutable.


6´5 de 10.

5 comentarios:

Buf. A mí no me gustó nada.

A nosotros nos gusta mucho el genero negro, y aunque nos parecio una película muy corriente si que nos gusto bastante. Se nos hizo muy agradable y Matsuda esta muy carismatico.

De la impresion que esta historia y personaje debe funcionar mucho mejor literariamente, es un estilo Wallander, los libros y los personajes son muy "sosos", pero estan tan bien escritos que te absorben.
Cuando se pasa a cine esta clase de historias por bien hechas que esten, quedan algo "frias", y por ello puede que el espectador no llegue a conectar ni con la historia ni con los personajes.

A mi me pareció muy entretenida, con una trama sencillita pero que no aburre en ningún momento. Además me encantó el estilo detectivesco superclásico que se gasta.
Mención aparte para Matsuda en uno de sus acostumbrados papeles frikis que hace como nadie (bueno, también lleva toda la vida interpretando a estos personajes, con lo que malo sería que no le hubiese cogido el punto a estas alturas).

Yo la vi influido por la presencia de Yo Oizumi, al que por cierto estaba viendo de detective también en "Lucky Seven", y es verdad que a la peli puede faltarle un hervor, pero ver ese Sapporo nocturno y como me gusta mucho el cine negro, pasé un buen rato.

Hay algo en Koyuki que me repele, no sé decir que es, pero cuando la veo en pantalla, me quedo bastante frío.

Nosotros tambien estamos bien Lucky Seven, una serie muy divertida y recomendable.
Oizumi junto a Eita, mis personjes favoritos de la serie :)

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