En este 2012 varias producciones
surcoreanas de cierto nivel han tirado del erotismo como reclamo para
atraer al público, y con éxito. Tampoco es que sea nada nuevo,
aunque quizás sea más habitual verlo en producciones más pequeñas,
y por eso quizás sorprende hasta cierto punto ver a una actriz como Park Si-yeon
protagonizando este thriller erótico de alto voltaje, “The Scent”.
Esta es una película con estructura
del cine negro de toda la vida, con detective perdedor, femme fatale
y un crimen a encubrir e investigar. La historia marca muchos puntos
ya conocidos por el espectador, y el reclamo principal son los
personajes turbios, atrapados en un juego de atracción que se sabe
solo puede llevar a lo peor.
Un agente de policía a punto de
finalizar su suspensión de dos años, se gana la vida como detective
privado, especializado en demostrar adulterios. Un nuevo caso le
llega a la mesa, pero cuando esta en el motel a punto de descubrir al
marido de su clienta, la mujer le seduce. Cuando despierta, no solo
tiene el cadáver de su clienta al lado, sino que su marido también
esta muerto en la habitación de al lado. Solo queda en la escena la
amante, que asustada se esconde en una esquina.
A partir de aquí el detective
intentará encubrir los asesinatos y eludir a la policía, además de
descubrir quien le ha intentado implicar en la trama.
Según estamos viendo “The Scent”
nos pueden venir a la cabeza multitud de películas, y es que esta es una propuesta
de género negro, más en la línea del noir detectivesco clásico
que de los thrillers de acción que acostumbramos a ver desde Corea
del Sur, con el añadido del erotismo en la línea pongamos de un
“Instinto básico”.
El sustento principal del film es la
historia, que se complica para el detective protagonista con
numerosos (probablemente demasiado) giros de guión, unos más previsibles que otros, y aunque
en general no sea una gran historia, por esa misma
previsibilidad y tanta vuelta de tuerca, si que mantiene el interés del espectador.
La otra pata que aguanta la película
son los personajes, destacando desde luego el del detective
protagonista, interpretado con solidez por Park Hee-soon (Barefoot
Dream). Este es un policía suspendido por precisamente adulterio
-siendo su esposa también policia-, abiertamente ambiguo, para el
que la legalidad de los métodos no tiene ninguna importancia con
tal de conseguir su objetivo. Por si fuera poco no tiene demasiado
autocontrol y las faldas le pierden.
No es que sea un antihéroe simpático,
de hecho es un tipo bastante despreciable, pero tiene un cierto
encanto y consigue que, según avanza la película y vemos como se va enrrollando en la madeja, empaticemos con él.
El personaje femenino se trata de una
femme fatale de libro, interpretada por una Park Si-yeon (Fox family,
Dachimawa Lee) que aparece más sensual que nunca: ambiciosa, sin
remordimientos, y capaz de cualquier cosa con tal de llegar a su
objetivo. En la parte final de la película quizás descubrimos más
cosas de ella, pero siendo ambos personajes de moralidad nula, ella
sale peor parada.
Destacable es la participación de Lee
Kwang-soo (Running Man, City hunter) en un papel robaescenas como el
obediente ayudante del detective con un pequeño retraso mental.
Esta es la segunda película como
director de Kim Hyung-jun después de “No Mercy”, un título que
me parece bastante más ambicioso y superior a esta nueva propuesta.
La historia avanza a golpe de giros pero con un buen ritmo, que la convierte en una película entretenida, pero
sin llegar a pasar de ser precisamente eso, un film medianamente
sólido. Cuenta como es habitual con una excelente puesta en escena y
apartado técnico, pero que se pierde un tanto en todos esos tópicos
del cine negro y no llega arrancar definitivamente.
5´5 de 10
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