
Dos directores de cine filipinos pidieron a sus compañeros durante un acto de encuentro con el público en el ya finalizado Festival de Pusan que no dirigieran sus peliculas pensando en los gustos de los jurados de los festivales europeos.
A pesar de que ambos, Nick Deocampo y Raymond Red hayan ganado algún premio en su carrera en esos mismos festivales europeos, los dos coinciden en pedirles a los directores asiaticos que "hagan peliculas para la gente de verdad, no para los jurados". Deocampo insistió en que parecía que los festivales preferían las peliculas filipinas sobre pobreza y prostitución.
"¿Para quien haces esa pelicula? ¿para un grupo de 12 personas? ¿y luego, que?".
Estos comentarios parecían tener un destinatário principal: Brillante Mendoza, que no para de ganar premios con su "Kinatay". Ambos aclararon que no se referían especificamente a él, ya que ni siquiera habian visto aún la pelicula.
Como reflexión me parece muy interesante el punto de vista de los dos directores: ¿hasta que punto nos atrae simplemente el elemento exótico del cine asiático sin tener en cuenta los valores cinematográficos de las peliculas en si? y por otro lado, ¿hasta que punto buscan algunos directores impactar a la critica (y por ende a los jurados) más que al público potencial de esa misma pelicula?
Y por otro lado más, y este lo añado yo, ¿como es posible que lleguen a nuestro país sin ningún problema todas y cada una de las peliculas de, pongamos, Kim Ki-duk, y sin embargo no hay manera de que lleguen las pelis de Kim Ji-won? ("Dos Hermanas" no cuenta, que era en la época álgida del cine de terror asiatico) ¿o porqué sí Kitano y no Katsuhito Ishii?
¿Que pensáis vosotros?
La noticia la he leido aqui.
3 comentarios:
La verdad es que es un tema complejo. Creo que la creatividad no debería estar dirigida hacia ningún colectivo: ni jurados europeos, ni audiencias masivas asiáticas. Tanto una propuesta como la otra, provocarían que, en realidad, la obra artística vaya dirigida a conseguir algo. Yo pienso en el arte, independientemente, de que se quiera ganar algo (premios o dinero).
Otro tema es el acceso al cine asiático desde Europa, o desde España en particular. Casi cualquier director tiene problemas para estrenar en España (no sólo Madrid o Barcelona). Por qué Kitano, porque tiene una reputación ganada durante años, y aún así, yo he podido ver sólo un par de películas suyas en el cine. Quizás para eso sirvan los premios, para que algunos directores puedan estrenar en España. No creo que, en general, películas asiáticas lleguen a estrenarse, sólo por que tengan audiencias millonarias en sus países de origen.
Bueno, perdón por el ladrillazo, no sé si me he explicado bien.
Nada de ladrillazo, todo lo contrario, agradecemos los comentarios y sobretodo en este tipo de post que son mas de opinion, y hechos para la participacion.
En cuanto al tema, yo creo, que hay veces que (y no solo los asiáticos) hay directores que les importa una mierda el espectador (y yo creo esto de la mayoría del cine español) sino mas bien la reputación, las criticas y los festivales, que van de artistillas y demás, olvidándose de que el arte debería ser para el pueblo y no para “cuatro entendidos”.
La verdad es que es un tema complicado. Entiendo lo que quieres decir. Hay autores que sólo piensan en una serie de críticos que los encumbren en el Olimpo del Cine, para que unos pocos lo disfruten (y otros pocos lo alaben sólo para sentirse guays...). Pero por otro lado, películas hechas para el gran público, pueden dar luagr a cosas como Fuga de cerebros, con muy buenas audiencias pero con una calidad más que cuestionable. Imagina que sólo hubiera estrenos todas las semanas de cualquiera de los dos tipos.
Otro ejemplo es la TV, cuántos programas de máxima audiencia borrarías del mapa de un plumazo.
En fin, un tema complejo, que, como casi siempre tendrá solución en el equilibrio.
Saludos
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