Esta película se centra en la historia de un policía y una carterista que acaban involucrados personal y profesionalmente. El sin saber que es la principal sospechosa de un caso que investida, le salvara la vida de una banda de carteristas rivales, ella, se aprovechara de la atracción que este policía y más compañeros sienten por ella, para manipularlos, y conseguir sus fines.
Open City no es para nada una trepidante película de acción, sino mas bien, un thriller dramático, y a pesar de todos los tópico que presenta, y no ser para nada original, e incluso muy rebuscada en diversos aspectos, no deja de entretenerme e interesarme, en todo momento; además de que, se podría englobar dentro de dos géneros que me fascinan, el de los delincuentes “bonachones” y elegantes, y policías.
Si a eso, añadimos, además de, una puesta en escena y apartado técnico excelente, y un guion bien ligado aunque típico y con algo de culebrón; dos personajes carismáticos, torturados por sus pasados, que se encuentran en bandos contrarios, pero que se atraerán y descubren que tiene más en común de lo que piensan. Dos personajes que están interpretados magníficamente por Kim Myung-min y una sexy Son Ye-Jin, que presentan una muy buena química, y aportan credibilidad en los diferentes registros interpretativos de la película, de estos personajes que van de duros, y de independientes, pero que en realidad son muy frágiles.
Una grata sorpresa de la que había leído pestes, y quizá, por ello ha acabado gustándome, y colocándose entre las mejores películas coreanas que he visto de este año, además por saber que no estaba ante una película de acción pura y dura.
Puntuación 7/10
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