La adaptación cinematográfica del manga-anime "Wild 7" de Mochizuki Miyaki, es una entretenida y correcta película sobre un grupo de justicieros, todo un espectáculo lleno de acción, motos, armas, y explosiones que gira alrededor de un grupo ex convictos que con la autorización de la policía forman una unidad especial de motoristas que luchan contra el crimen, utilizando medios poco ortodoxos y muy cuestionables.
Al estilo "Harry el sucio", "Punisher" o incluso "Los Perdedores", estos ex-convictos acaban con los maleantes y los corruptos, dándoles su propia medicina, acaban con ellos asesinándoles sin contemplaciones siendo juez y jurado.
Así pues estamos ante una película llena de acción y emocionante, pero a la que por desgracia toda la posible oscuridad y violencia que pudiera presentarnos, se sustituye por cursileria. Se opta por edulcorar a unos personajes y una historia que como su nombre indica debería ser salvaje.
Entre tanto tiro, motos retro, vestimenta de cuero y personajes "cool", armas y poses molonas y chulería motera, no hay mucho tiempo para desarrollar a los personajes salvo a los principales, y se opta por presentar al grupo dándoles una diferencia muy clara unos a otros, con rasgos físicos y atuendos muy característicos. Aunque eso si, no se les priva de su momento de "heroicidad" y lealtad en determinadas escenas para el propio lucimiento de cada uno, no se explota la posible química que pueda surgir entre los actores, que seguro que la hubo tal como se demuestra en los títulos de crédito finales, en los que se muestran escenas de rodaje de la película, donde se ve que se lo pasaron como niños rodándola.
Eita (Dororo, Nodame Cantabile) y Kyoko Fukada (Yatterman) son los verdaderos protagonistas de este film, sus personajes son los que mejor se desarrollan y profundizan, curiosamente también son los que tienen razones mas "nobles" para embarcarse en este camino justiciero y vengativo.
Del resto del grupo solo destaca también Kippei Shiina, a quien se la da una cierta importancia en la historia teniendo su propia trama familiar.
Así pues Hasumi Eiichiro (realizador de la saga Umizaru) el encargado de dirigir esta complaciente película, este disfrutable y correcto film, sale airoso en la parte de mostrarnos la acción y divertirnos, pero pierde la partida en el trasfondo de la historia y personajes.
El manga original publicado en 1969, que ya fue adaptado en forma de anime y de dorama en el 72, este último retirado de su emisión por su supuesto contenido violento, es una serie mítica en su país, una serie que reflejaba la turbulenta época en que vivía Japón, un país envuelto en continuas protestas estudiantiles, que militaban contra un gobierno y un país corrupto, en pleno cambio social, y que se intentaba recuperar económicamente tras la Segunda Guerra Mundial
Muchos jóvenes veían en este manga a unos héroes como ellos, que acababan con los delincuentes y los corruptos. Los supuestamente malos, los delincuentes eran los protagonistas y acababan y en-derrocaban a los poderosos y lo hacían con honor y camaradería (además de sin piedad, remordimientos y con mucha violencia).
Wild 7 es una serie mítica estilo Golgo 13 o Speed Racer, series que aunque quizá en cuanto a profundidad historia (si la sacamos de su contexto y de su época) y diseño de personajes (que no estilo narrativo, series como estas lo cambiaron y revolucionaron) han envejecido mal, no lo ha hecho en cuanto a carisma de personajes e historias potentes. El problema viene a como adaptarlas al siglo 21, a nuestra época, y puedes hacerlo con mucho respeto y siguiendo el estilo marcado de su época como se hizo con Speed Racer, aunque por ello te ganes mas criticas que alabanzas, o decides actualizarla perdiendo todo contexto social (y político).
Esto ultimo es lo que hace Wild 7 que tampoco hubiera sido una mala idea si se hubiera remplazado esos temas candentes de la época por muy propio de esta, véase crisis financiera, nuclear... en vez de optar por edulcorar la historia y los personajes.
Pero todo esto no importa, ni la poca profundidad de la historia, ni el poco desarrollo de los personajes, ni el poco valor social y político de la película, ni que se haya suavizado la historia y personajes... las intenciones de Wild 7 de 2011 no son las mismas que el Wild 7 de 1969, solo pretende entretenernos, hacernos pasar un buen rato y lo consigue. Wild 7 es una película palomitera muy solida llena de acción y emoción, y con una factura técnica excelente. Aunque es verdad que nos es imposible no imaginarnos que hubiera dado de si este film, en manos de un director como Takashi Miike, y con intenciones "más salvajes".
Al estilo "Harry el sucio", "Punisher" o incluso "Los Perdedores", estos ex-convictos acaban con los maleantes y los corruptos, dándoles su propia medicina, acaban con ellos asesinándoles sin contemplaciones siendo juez y jurado.
Así pues estamos ante una película llena de acción y emocionante, pero a la que por desgracia toda la posible oscuridad y violencia que pudiera presentarnos, se sustituye por cursileria. Se opta por edulcorar a unos personajes y una historia que como su nombre indica debería ser salvaje.
Entre tanto tiro, motos retro, vestimenta de cuero y personajes "cool", armas y poses molonas y chulería motera, no hay mucho tiempo para desarrollar a los personajes salvo a los principales, y se opta por presentar al grupo dándoles una diferencia muy clara unos a otros, con rasgos físicos y atuendos muy característicos. Aunque eso si, no se les priva de su momento de "heroicidad" y lealtad en determinadas escenas para el propio lucimiento de cada uno, no se explota la posible química que pueda surgir entre los actores, que seguro que la hubo tal como se demuestra en los títulos de crédito finales, en los que se muestran escenas de rodaje de la película, donde se ve que se lo pasaron como niños rodándola.
Eita (Dororo, Nodame Cantabile) y Kyoko Fukada (Yatterman) son los verdaderos protagonistas de este film, sus personajes son los que mejor se desarrollan y profundizan, curiosamente también son los que tienen razones mas "nobles" para embarcarse en este camino justiciero y vengativo.
Del resto del grupo solo destaca también Kippei Shiina, a quien se la da una cierta importancia en la historia teniendo su propia trama familiar.
Así pues Hasumi Eiichiro (realizador de la saga Umizaru) el encargado de dirigir esta complaciente película, este disfrutable y correcto film, sale airoso en la parte de mostrarnos la acción y divertirnos, pero pierde la partida en el trasfondo de la historia y personajes.
El manga original publicado en 1969, que ya fue adaptado en forma de anime y de dorama en el 72, este último retirado de su emisión por su supuesto contenido violento, es una serie mítica en su país, una serie que reflejaba la turbulenta época en que vivía Japón, un país envuelto en continuas protestas estudiantiles, que militaban contra un gobierno y un país corrupto, en pleno cambio social, y que se intentaba recuperar económicamente tras la Segunda Guerra Mundial
Muchos jóvenes veían en este manga a unos héroes como ellos, que acababan con los delincuentes y los corruptos. Los supuestamente malos, los delincuentes eran los protagonistas y acababan y en-derrocaban a los poderosos y lo hacían con honor y camaradería (además de sin piedad, remordimientos y con mucha violencia).
Wild 7 es una serie mítica estilo Golgo 13 o Speed Racer, series que aunque quizá en cuanto a profundidad historia (si la sacamos de su contexto y de su época) y diseño de personajes (que no estilo narrativo, series como estas lo cambiaron y revolucionaron) han envejecido mal, no lo ha hecho en cuanto a carisma de personajes e historias potentes. El problema viene a como adaptarlas al siglo 21, a nuestra época, y puedes hacerlo con mucho respeto y siguiendo el estilo marcado de su época como se hizo con Speed Racer, aunque por ello te ganes mas criticas que alabanzas, o decides actualizarla perdiendo todo contexto social (y político).
Esto ultimo es lo que hace Wild 7 que tampoco hubiera sido una mala idea si se hubiera remplazado esos temas candentes de la época por muy propio de esta, véase crisis financiera, nuclear... en vez de optar por edulcorar la historia y los personajes.
Pero todo esto no importa, ni la poca profundidad de la historia, ni el poco desarrollo de los personajes, ni el poco valor social y político de la película, ni que se haya suavizado la historia y personajes... las intenciones de Wild 7 de 2011 no son las mismas que el Wild 7 de 1969, solo pretende entretenernos, hacernos pasar un buen rato y lo consigue. Wild 7 es una película palomitera muy solida llena de acción y emoción, y con una factura técnica excelente. Aunque es verdad que nos es imposible no imaginarnos que hubiera dado de si este film, en manos de un director como Takashi Miike, y con intenciones "más salvajes".
Puntuación 5/10
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