Mad House es sin duda uno de los mejores estudios (por no decir mejor, a fin de cuentas son los que a apadrinan a Kon) de la animación contemporánea, y el pasado verano estrenó en Japón, “The Girl Who Leapt Through Time” del director Mamoru Hosoda (si el mismo que llevo al cine la serie de animación Digimon).
Muy alejada de su primer trabajo Hosoda crea una producción muy acorde con el estudio, una película que por donde ha pasado ha arrasado, tanto en critica como publico, una película que en Sitges 2006, se llevo el merecido premio a mejor largometraje en la sección dedicada al cine de animación Anima't, e incluso en su país gano, en el apartado de “animación del año” en los 30 Premios Anuales de la Academia de Japón, por delante de Tales of Earthsea de Goro Miyazaki (vamos el hijo del conocido mundialmente Hayao Miyazaki), proyecto que tantas esperanzas tenia puestas el estudio Ghibli, (seguro, que fue un duro golpe para ellos, ya que dejaron escapar a Hosoda, que se las devolvió, creando esta “mágica” película, que no solo les supero en los premios, sino en la taquilla y en la critica)
Basada en un libro de Tsutsui Yasutaka (Toki wo Kakeru Shoujo en su original), uno de los escritores más famosos de la ciencia ficción de Japón (curiosamente la ultima película de Satoshi Kon, Paprika, también se basa en una de sus novelas), que ha sido trasladado al cine, y televisión en varias ocasiones, con muy buenos resultado en todas las ocasiones. En esta ocasión solo parte de la idea del libro, podría decirse que es una continuación, ya que sucede unos veinte años posteriormente al libro.
Makoto es una adolescente despreocupada, es una chica normal que no destaca en nada en especial, ni es buena en los estudios ni en los deportes, ni es excesivamente guapa ni es la mas popular, ..... pero tampoco es una patán. Pero esta en esa edad crucial en su etapa de adolescente, llena de decisiones que le cambiaran la vida, esta a un paso de la madurez (como en cierto momento de la película se comenta, “el tiempo no espera a nadie”).
Ella no quiere que las cosas cambien, quiere seguir jugando con sus amigos, Chiaki y Kosuke, a béisbol todas las tardes después de clase. Y un inesperado don, que le permitirá viajar atrás en el tiempo dando descomunales saltos, le permitirá retrasar todo lo posible, esas decisiones tan importantes en su vida.
Pero pronto se dará cuenta de que las consecuencias de sus “saltos” no sólo la afectan a ella, sino también a todas las personas que la rodean, incluyendo a las personas que más aprecia.
La película nos narra una historia “sencilla” de las que no se ven a menudo en la animación japonesa y actualmente aun menos. Es una fresca y “original” comedia romántica con toques de ciencia ficción (los viajes en el tiempo) sobre la madurez y las emociones y relaciones humanas, en un instituto y sus alrededores como escenario.
Pero esta historia no seria la misma sino fuera por ese encantador personaje que es nuestra protagonista Makoto, nadie podrá resistirse a sus encantos. Un personaje muy humano, muy natural, con el que nos podemos identificar desde el primer instante. Y es que el gran valor de esta película es el conseguidísimo tratamiento de las emociones humanas.
La chica aprovechará el singular don que tiene para hacer y deshacer a su antojo las situaciones mas cotidianas del día a día del instituto, con mucha ingenuidad e inocencia, quiere arreglar siempre las cosas a su manera, no se dedica a salvar el mundo, sino que realiza viajes en el tiempo para las cosas mas “normales” como, desde, poder comer el postres que el día anterior se comió su hermana, o a cantar en el karaoke horas y horas seguidas.
Pero claro, no se puede jugar con el tiempo, y no solo le conllevara consecuencias desastrosas, sino colocándola en las situaciones mas “tontas” e hilarantes posibles.
La animación es estupenda, combina a la perfección los fondos generados por ordenador con la animación mas tradicionales; los diseños de personajes, y sus movimientos fluidos, hacen que en mas de una ocasión olvides que estas ante una película de dibujos animados, que es ayudado por las logradísimas voces en la versión original,
Una vez más, la animación japonesa me deja estupefacta, rompe barreras, y es que cuando piensas que solo hay dos o tres autores dignos de mención, te sale gente como Hosoda, que hace que con cada brinco imposible que pega la protagonista de esta película, me demuestre lo equivocada que estaba, y que aun mucho por descubrir y venir.
Puntuación 9.5/10
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