martes, 18 de septiembre de 2012

La semana de... Tetsuya Nakashima: Happy-go-lucky.


Tetsuya Nakashima se estrenó como director en 1997 con “Happy-go-lucky”, una comedia ligera con guión propio, sobre los problemas de un estudiante tanto en el colegio, donde no es capaz de realizar un ejercicio gimnástico, como con su un tanto disfuncional familia.
Aunque de la misma manera que su siguiente film, guarda un tono mucho más comedido en el aspecto visual de lo que luego veríamos en la obra del director, temáticamente esta muy en la línea del resto de títulos de su filmografía, al captar la vida infantil como gran preludio de lo que tendremos que afrentar en la vida, además de esas cotidianidad un tanto aburrida a la que Nakashima le añade pequeños momentos de fantasía muy divertidos.

Los problemas del joven Takashi no hacen más que acumularse a pesar de su joven edad: su padre, de baja por un accidente, se pasa el día mirando por la ventana como se pelean las colegialas en el descampado de enfrente; esto hace que el negocio familiar este regentado por su prima adolescente, que disfruta haciéndole la vida imposible al pobre crío.
Pero el problema principal lo tiene en el colegio donde, junto a cuatro compañeros, falla a la hora de realizar un giro sobre si mismo en la barra fija. El profesor les mete el miedo en el cuerpo y les dice que si no consiguen superar un obstáculo tan pequeño, no llegarán a nada en la vida, y les obliga a practicar cada día hasta que les salga el ejercicio: si falla uno de los cinco, todo el grupo suspende.



El debut como director de Nakashima puede resultar sorprendentemente tranquilo acostumbrados como nos ha tenido desde “Kamikaze Girls” a esos vendavales de imágenes llenas de color. Sin embargo, debajo de ese aspecto visual aquí mucho más tranquilo, la temática es bastante cercana entre una y otra, y de hecho como comentábamos en el articulo de ayer hay bastante homogeneidad en las temáticas en las que se mueve el director. En este caso vemos la vida desde el punto de vista del niño protagonista, Takashi, cuya vida no es todo lo perfecta que uno puede desear, pero lo que es peor, comienza a sentir la presión de “que va a pasar si cuando crezco no tengo éxito”, siendo apenas un crío de diez años.



Pero vemos también la vida desde un punto de vista infantil a través de algunos flashbacks de los adultos, el primero de su padre, un tipo de apariencia estoica que no parece demasiado feliz con su vida familiar. Este recuerda un episodio de su infancia cuya marca permanece muy viva, el ridículo episodio en que por un error uno de sus trabajos en el colegio es considerado una genialidad, y le hace comprender ya de muy pequeño que nunca será un genio, algo que parece haberle llevado a vivir una vida gris.
Los otros flashbacks son de la madre, que recuerda momentos de su niñez relacionados con su propia madre, ya fallecida. El primer recuerdo es cuando llegó a creer que su propia madre era una “hebi-onna”, una monstruosa mujer serpiente del folclore terrorífico japonés, en el que Nakashima inserta además viñetas del manga de Kazuo Umezu sobre la mujer serpiente.
Los flashbacks maternos son mucho más nostálgicos de la vida junto a su madre que los del padre, que se sigue maldiciendo a si mismo.

La película circula con lentitud a caballo entre el colegio y la casa familiar, cociendo poco a poco ese derrotismo del niño, que cree que si no hace ese maldito giro en la barra no va a llegar a nada en la vida, y el de los propios padres, que viven su vida de una manera bastante triste.
El niño protagonista va sazonando además la realidad con ensoñaciones en las que entra en la serie de televisión que ven en casa, en las que comenta su situación con los personajes, así como otros momentos en los que fantasea con otras situaciones adultas, aunque con su problemática infantil.



Ittoku Kishibe (Zatoichi) interpreta al padre de familia y Maki Ishikawa (Ramblers) a la abnegada madre, mientras que el niño protagonista esta interpretado por Hidaka Yoshimoto.

En solo hora y cuarto, Nakashima ya da algunas claves de lo que será su carrera con esta divertida historia del descubrimiento de lo que será la vida desde el punto de vista del niño protagonista, y un cierto aire nostálgico desde el de sus padres.


6´5 de 10

2 comentarios:

No creo que sea exactamente una "comedia ligera", me parece mucho mas.

Creo que en la película se le da tanta importancia a las experiencias del hijo como a su contraposición con la que tienen sus padres en lo que respecta a sus recuerdos de niñez.

Así tenemos por un lado un padre que vive rememorando su gran recuerdo infantil, que le hace sentir que en su vida adulta nunca a se ha vuelto a sentir tan vido y vital como de aquella, y por otro la madre lo mismo con sus recuerdos familiares.

Y todo para en mi opinión dar a entender que esas cosas que nos pasan cuando somos niños y que parecen intrascendentes, la importancia que finalmente toman en nuestra psique y en nuestros recuerdos futuros.

Veo que te gustan estas dos primeras pelis mucho más que a mi :)
Estoy de acuerdo con lo que dices en cuanto a la importancia de las cosas de la infancia y su influencia, el padre del crio es el ejemplo, pero a la madre la veo más con nostalgia del recuerdo de su madre que otra cosa.

Por tiempo en pantalla andan más o menos a la par seguramente las aventuras del niño y los recuerdos de los padres si sumamos, y Nakashima desde luego juega con la experiencia de todos.

Gracias por el comentario!

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