El cine del sur de la India sigue
produciendo locuras de grado mayor, y sigue dándonos tardes de pura
diversión con films como “Eega”, el éxito del cine Tollywood de
este verano pasado. La propuesta, que llevamos siguiendo desde hace
tiempo, prometía ser una bizarrada de cuidado, el trailer nos lo
confirmó, y una vez vista la película solo puedo decir que no
decepciona en absoluto. Y es que además de la locura y las risas nos
encontramos con un film perfectamente estructurado y de una calidad
-y no me refiero solo a los efectos especiales- mayor de la que
esperaba.
Esta especie de versión de “Ghost”,
pero con mosca en vez del fantasmagórico Patrick Swayze, es sin
duda una de las películas más divertidas del año.
Nani, un joven que trabaja preparando fuegos
artificiales, esta locamente enamorado de su vecina de enfrente,
Bindu, una joven que además de realizar microarte trabaja en una
ONG, y aunque ella no le hace mucho caso, él persiste intentado
conseguir su amor.
Pero alguien más se fija en Bindu:
Sudeep, un millonario empresario de carácter turbio, que sin mucho
esfuerzo consigue entrar en contacto con ella al hacer una gran
donación benéfica.
Cuando Sudeep descubre que Nani es una
piedra en el camino por conseguir ala chica, se deshace de él
dándole una paliza mortal con sus matones.
Pero el espíritu de Nani no va a
ningún cielo... sino que se reencarna en una mosca. Una mosca que
recuerda poco a poco lo sucedido y que tomará la venganza como su
misión.
“Eega” comienza como una comedia
romántica convencional, con el chico detrás de chica, pero en
apenas media hora se presenta al villano de la función, comienzan
los problemas, y muere el protagonista. A partir de ahí, locura
total, fantasía, acción y un poquito de drama, comenzando por las
escenas de nacimiento de la mosca, de vuelta de los recuerdos, y de
realización del nuevo cuerpo.
Y es que este puede ser un film de
argumento extremadamente peregrino, pero eso no quiere decir que este
mal hecha en absoluto. Desde su estructura modélica, pasando por un
guión efectivo y lleno de imaginación, hasta el ritmo que no decae
en absoluto o las interpretaciones, entre las que destaca las del
villano de la función y victima continua de los métodos de venganza
de la mosca, la película funciona más allá de lo novedoso de la
propuesta.
A partir de la llegada de la mosca, lo
que viene es un carrusel de acción, persecuciones, y pequeñas
venganzas para molestar lo máximo al villano, a ser posible causando
daño tanto físico como moral.
Los métodos que se ingenia la mosca
para molestar son de lo más variado, y algunas más dañinos que
otros, pero eso sí, lo que provocan todos son muchos momentos
divertidos.
No es de extrañar que la película
retrasara unos cuantos meses su estreno para refinar los efectos
especiales de la película y que fueran lo mejor posibles. Al fin y
al cabo la mosca es el gimmick de la película, la gran protagonista
que mueve el film después de esa primera media hora inicial, y desde
luego aprueba y con nota en ese apartado.
Como antes decía, cabe destacar a
Sudeep en el rol del malo de la película, simplemente perfecto en su
pérdida de cordura progresiva, y contrapunto excelente a la mosca.
Un gran héroe necesita un gran villano, y tanto el personaje como el
actor están a la altura.
Seguramente a no ser que algún
avispado productor de Hollywood la compre para el remake, no pase de
convertirse en un título de culto para cinéfagos con ansias de
buscar platos diferentes, pero no por eso no deja de ser una
propuesta refrescante, muy divertida, y una muestra más de que a
base de ingenio y talento se pueden seguir creando películas
sorprendentes.
8 de 10
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