Uno de los éxitos de este año pasado en Corea del Sur, ha sido este drama deportivo de superación personal basado en hechos reales, sobre un grupo de perdedores que con intenciones mas económicas (poder conseguir una casa para la familia) y personales (librarse del servicio militar obliga torio) que motivación por el deporte y su país, se ven obligador a montar el equipo nacional de salto de esquí, sin haber practicado nunca este deporte.
El grupo de perderos está formado por; un surcoreano que fue adoptado por una familia americana cuando era niño y vuelve a su país en busca de su verdadera madre; un ex-drogadicto; un chaval que ha dejado embarazada a su novia; y un joven obligado a ganarse la vida como puede para alimentar a su abuela y su hermano menor que tiene un retraso mental, y que más adelante se incorporara también al equipo.
Su entrenador tampoco es que se salve, su relación con su hija es un desastre, y le han ordenado de entrene y forme este equipo con muy pocos fondos y medio a su disposición.
Sin ninguna estrella en cartel, pero si rostros conocidos y futuras estrellas, estos entrañable perdedores son interpretados por Ha Jeong-woo (Boat), Seong Dong-il, (Descendants of Hong Gil-dong) Kim Ji-seok-I (Lady Daddy), Kim Dong-wuk (Cafe Seoul), Choi Jae-hwan(Pasta) y Lee Jae-eung (Mommy, Dearest). Todos ellos interpretan a la perfección sus papeles y roles, con una buena dosis de humor y dramatismo.
A pesar que la películas sigue todos los esquemas establecidos por este tipo de películas, en donde no pueden faltar los gags humorísticos de los accidentados entrenamientos, las disputas internas, la rivalidad con japoneses y los americanos, …….; estamos ante una película surcoreana, por lo que tenemos que ir preparados para todo, y es que como ya sabemos, les encanta mezclar géneros, dar cambios brusco de tono e intenciones en la historia, por lo que no es de extrañar que un drama deportivo de lo más ligero, cambien a un melodrama sensiblero sin venir muy a cuento, sobre todo, si se ha sido hasta entonces, muy superficial ante las partes dramáticas y profundas de la historia y los personajes.
La dirección de Take Off, recae a cargo de Kim Yong-hwa, director de la buen intencionada película de hace unos años, 200 Pounds Beauty, y que esta vez se encarga también del guion.
Yong-hwa, aunque nos presenta un película poco original, pero muy entretenida y agradable, eso sí, algo mas melodramática de lo que en un principio aparentaba; pero que cuenta a su favor, con un impecable (como es costumbre) apartado técnico, que culmina con una impresionante puesta en escena, representando la competición de los saltos de esquí de juegos olímpicos de invierno.
Puntuación 5/10
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