Jeeja Yanin, el prodigio de las artes marciales que nos alucinó a todos en Chocolate, nos vuelve a sorprender en esta nueva pelicula, donde mezcla el muay-thai, el estilo del mono borracho, capoeira y... ¿el break dance?
Una joven punk en plena borrachera después de haber roto con el novio, es secuestrada, pero consigue escapar gracias a la ayuda (a base de tortas) de un extraño. El es en realidad el lider de un grupo de luchadores que están intentando acabar con una red que se dedica a secuestrar a mujeres jovenes para una serie de misteriosos "experimentos". La joven se unirá en la lucha, aunque para ello tendrá que aprender las extrañas técnicas de pelea, que incluyen aprender muay-thai, bailar break, y beber hasta reventar.
La joven actriz thailandesa nos vuelve a deleitar con escenas memorables en esta su segunda pelicula, donde sigue llevando todo el peso de la pelicula, esta vez no bajo las ordenes del renombrado Prachya Prinkeaw como en Chocolate, que esta vez ejerce de productor, sino de Rashane Limtrakul, que está más que correcto en su trabajo.
Y es que esta película ofrece lo que promete, pero nada más: aqui lo que hay son un montón de peleas con coreografias resultonas, vistas panorámicas muy bonitas de una playa thailandesa. Si a eso le unimos que el estilo de lucha es cuando menos curioso de ver, esa mezcla de monoborracho-muay thai-breakdance, y que la protagoniza ese tornado en miniatura que es Jeeja Yanin, ya tenemos un plato más que apetecible.
Visualmente la pelicula está muy bien, las coreografias del experto Panna Rittikrai (Ong Bak) son muy dinámicas a pesar de que se nota que los "bailarines" no son tan buenos en las artes marciales como se les supone, y que a los luchadores como Yanin les cuesta pillar el flow pero desde luego mantiene la frescura y la originalidad (como en la escena del ¿circo?) que siempre ofrece Rittikai.
La fotografía del film también es muy llamativa, con colores verdes y azules metalizados.
Esta es una de esas pelis en las que lógicamente más vale dejarse llevar que buscarle explicación a demasiadas cosas del guión, esto es un vehículo para el lucimiento de Jeeja y como tal no hace falta complicarse y requerirle a la chica demasiado en el terreno de la actuación. Esta vez le escuchamos la voz (en Chocolate interpretaba a una chica muda) y tiene un par de momentos que demandan un poco de "emoción", de los que se puede decir -siendo generosos- que no quedan mal. Su partenaire, Kazu Patrick Tang, se estrena en este film como co-protagonista dejando muy buen recuerdo en el aspecto físico, además de tener bastante carisma. Sin duda le veremos más en las próximas peliculas del género.
A pesar de durar más de hora y tres cuartos la peli no se hace para nada aburrida, y es que cuando uno empieza a mirar el reloj, es cuando las cosas se aceleran y comienza el rush final, una mega-pelea contra el misterioso big boss de las que no se olvidan, tanto por el rival como por las coreografías.
Jeeja Yanin se establece sin duda como una de las estrellas del cine de acción más importantes con esta pelicula, con la que sigue sumando puntos positivos.
Thailandia sigue marcando el territorio.
7 de 10
2 comentarios:
Esta la vi el otro dia la pava es la caña 0.=
La pelea final con la negra es tremenda.
A ver si se aclaran los rumores de la nueva pelicula que volveria a unir a Prinkaew y a Jeeja, puede molar mucho.
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