Viajamos hasta el Japón de 1860, en una época en que la política de fronteras cerradas del shogunato estaba cada vez más en pelígro por la cada vez mayor presencia de barcos extranjeros en sus costas, una época de cambios que no tardarían en llegar.
"Sakuradamongai no hen", que funciona como un docudrama histórico, y basada en la novela del mismo nombre, relata unos hechos históricos, el llamado "incidente Sakuradamon" en que un grupo de 17 samurais de Mito y uno de Satsuma, encabezados por Seki Tetsunosuke, esperaron al séquito del Tairo (un cargo similar al de primer ministro) Li Naosuke a su paso por la puerta de Sakuradamon, delante del palacio de Edo, para atacarle y acabar con él, por haber firmado un tratado que abría el comercio con los barcos norteamericanos, además de con otros paises europeos.
La relación de los clanes con el shogunato y la revuelta escena política de la época se mezcla con una historia de conspiración, con el grupo de samurais como protagonistas.
La parte más interesante de la película es el retrato histórico de un momento clave, cási como una recreación documental de la época. En lugar de hacer del asesinato el climax del film, como para poner un ejemplo de una pelicula cercana, "13 asesinos" de Miike (salvando las distancias, puesto que aquella no estaba basada en hechos reales), primero nos pone en situación del estado de la zona en la época y las causas que llevaron a actuar a algunos clanes, rápidamente sucede el incidente y donde pasa más tiempo la película es retratando las consecuencias, tanto en el propio juego político, en que todos los bandos luchan por tomar ventaja sin quedar al descubierto, como para los propios asesinos supervivientes.
El punto de vista hacia el grupo de samurais asesinos es el del retrato de unos héroes, mártires que aún a sabiendas de cometer un delito que les llevaría a una muerte segura de una forma u otra, cometen el crimen por "el bien del pais". Ese bien del pais era mantener la rigidez de sus fronteras, el aislamiento del resto del mundo que poco duraría con la llegada de la era Meiji.
Por otra parte el retrato del asesinado, Li Naosuke, es completamente distinto, aparece como un villano con ansia de poder, casi un traidor que firma los tratados con los extranjeros sin el consentimiento del Shogun poniendo en peligro al pueblo.
Ese mismo tono documental juega también en contra de la película ya que es demasiado detallista en nombres, lugares y situaciones, con lo que la trama en algunos momentos puede ser confusa por los numerosos personajes que pueblan la historia, y es que el guión es extremadamente puntilloso con los hechos, nombres y fechas.
El ritmo de la película sufre por todo ello, ya que se ralentiza demasiado la acción, con lo que la película necesita de la voluntad del espectador por seguir atento a lo que sucede en pantalla.
Para el papel protagonista del cabecilla del grupo de asesinos se eligió a Takao Osawa, recién salido por entonces de uno de los Jdramas más populares del 2009, "Jin", también ambientado en el siglo XIX, y se le acompañó de un extensísimo reparto con algunos actores de siempre, esos actores japoneses de gran presencia como Kinya Kitaoji, Masato ibu, Akira Emoto o Hirotaro Honda, además de Hiroyuki Ikeuchi, Hiroyuki Watanabe o Gota Watabe, un grupo en general de actores regios que ayudan a darle a la pelicula ese aspecto extremadamente serio y estricto.
El aspecto del film es excelente en el aspecto visual en cuanto a decorados y recreación de la época, y se nota en pantalla el billón de yens de su presupuesto. Para el film se contruyó en la ciudad de Mito una recreación de la puerta de Sakuradamon, donde tiene lugar la escaramuza principal, y en general el trabajo de puesta en escena es magnífico.
La dirección de Junya Sato, un veteranísimo director de 80 años al que podemos conocer sobretodo por sus films de los años 70 junto a Sonny Chiba, como Golgo 13 o Bullet Train, es totalmente práctica y efectiva, muy clásica y al servicio de la historia.
Este drama histórico se hace un tanto pesado y espeso en algunas fases de sus largos 137 minutos, pero resulta interesante para los amantes del drama histórico, especialmente por tomar un incidente tan particular pero añadirle un contexto más amplio, pudiendo dar pie a reflexionar sobre las políticas aislacionistas y el caracter japonés.
Lo mejor: el retrato histórico de un momento clave en la evolución de Japón.
Lo peor: lo espeso y confuso que puede resultar a veces el paseo constante de personajes por la pantalla.
"Sakuradamongai no hen", que funciona como un docudrama histórico, y basada en la novela del mismo nombre, relata unos hechos históricos, el llamado "incidente Sakuradamon" en que un grupo de 17 samurais de Mito y uno de Satsuma, encabezados por Seki Tetsunosuke, esperaron al séquito del Tairo (un cargo similar al de primer ministro) Li Naosuke a su paso por la puerta de Sakuradamon, delante del palacio de Edo, para atacarle y acabar con él, por haber firmado un tratado que abría el comercio con los barcos norteamericanos, además de con otros paises europeos.
La relación de los clanes con el shogunato y la revuelta escena política de la época se mezcla con una historia de conspiración, con el grupo de samurais como protagonistas.
La parte más interesante de la película es el retrato histórico de un momento clave, cási como una recreación documental de la época. En lugar de hacer del asesinato el climax del film, como para poner un ejemplo de una pelicula cercana, "13 asesinos" de Miike (salvando las distancias, puesto que aquella no estaba basada en hechos reales), primero nos pone en situación del estado de la zona en la época y las causas que llevaron a actuar a algunos clanes, rápidamente sucede el incidente y donde pasa más tiempo la película es retratando las consecuencias, tanto en el propio juego político, en que todos los bandos luchan por tomar ventaja sin quedar al descubierto, como para los propios asesinos supervivientes.
El punto de vista hacia el grupo de samurais asesinos es el del retrato de unos héroes, mártires que aún a sabiendas de cometer un delito que les llevaría a una muerte segura de una forma u otra, cometen el crimen por "el bien del pais". Ese bien del pais era mantener la rigidez de sus fronteras, el aislamiento del resto del mundo que poco duraría con la llegada de la era Meiji.
Por otra parte el retrato del asesinado, Li Naosuke, es completamente distinto, aparece como un villano con ansia de poder, casi un traidor que firma los tratados con los extranjeros sin el consentimiento del Shogun poniendo en peligro al pueblo.
Ese mismo tono documental juega también en contra de la película ya que es demasiado detallista en nombres, lugares y situaciones, con lo que la trama en algunos momentos puede ser confusa por los numerosos personajes que pueblan la historia, y es que el guión es extremadamente puntilloso con los hechos, nombres y fechas.
El ritmo de la película sufre por todo ello, ya que se ralentiza demasiado la acción, con lo que la película necesita de la voluntad del espectador por seguir atento a lo que sucede en pantalla.
Para el papel protagonista del cabecilla del grupo de asesinos se eligió a Takao Osawa, recién salido por entonces de uno de los Jdramas más populares del 2009, "Jin", también ambientado en el siglo XIX, y se le acompañó de un extensísimo reparto con algunos actores de siempre, esos actores japoneses de gran presencia como Kinya Kitaoji, Masato ibu, Akira Emoto o Hirotaro Honda, además de Hiroyuki Ikeuchi, Hiroyuki Watanabe o Gota Watabe, un grupo en general de actores regios que ayudan a darle a la pelicula ese aspecto extremadamente serio y estricto.
El aspecto del film es excelente en el aspecto visual en cuanto a decorados y recreación de la época, y se nota en pantalla el billón de yens de su presupuesto. Para el film se contruyó en la ciudad de Mito una recreación de la puerta de Sakuradamon, donde tiene lugar la escaramuza principal, y en general el trabajo de puesta en escena es magnífico.
La dirección de Junya Sato, un veteranísimo director de 80 años al que podemos conocer sobretodo por sus films de los años 70 junto a Sonny Chiba, como Golgo 13 o Bullet Train, es totalmente práctica y efectiva, muy clásica y al servicio de la historia.
Este drama histórico se hace un tanto pesado y espeso en algunas fases de sus largos 137 minutos, pero resulta interesante para los amantes del drama histórico, especialmente por tomar un incidente tan particular pero añadirle un contexto más amplio, pudiendo dar pie a reflexionar sobre las políticas aislacionistas y el caracter japonés.
Lo mejor: el retrato histórico de un momento clave en la evolución de Japón.
Lo peor: lo espeso y confuso que puede resultar a veces el paseo constante de personajes por la pantalla.
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