Nueva película del polémico director de Casshern, Kazuaki Kiriya, es una épica película de aventuras, sin las pajarradas filosóficas de su anterior trabajo aunque igual de pretenciosa, basada en la vida de Ishikawa Goemon, un ladrón del folklore japonés, que se dedicaba a robar a los ricos y dárselo a los pobres como si un Robin Hood asiático fuera, y que se implicado en una intriga política en donde podemos ver un gran número de personajes históricos.
Mucho más accesible que su anterior trabajo, Goemon, es una película repleta de acción y emoción, con toques de romanticismo, humor y dramatismo, que peca de una excesiva duración, en especial en su final (o finales).
La parte visual de la película es el punto fuerte de Kiriya, tanto por los excesivos efectos especiales infograficos que dan un aire anime a la película, con saltos, peleas y acrobacias imposibles, como la admirable fotografía y los monumentales escenarios, sin olvidarse de un montaje trepidante y unos planos vertiginosos.
Todo ello para dar todo un espectáculo de lo mas emociónate y sorprendente, al que no le falta una buena historia de venganzas y unos personajes carismáticos perfectamente desarrollados y profundizados, al igual que las relaciones que les une.
Puntuación 8/10
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