Sitges 2010: Thirteen Assassins de Takashi Miike.

Una de las peliculas más esperadas (por mi parte: ansiada) de todo el festival era el remake del clásico chambara Thirteen Assassins de Eiichi Kudo, rodado por de . Las criticas de Venecia ya venian cargadas de buenas sensaciones, y el pase en el Auditori lo dejó claro: Miike ha rodado una grandísima película.

Las acciones del hijo del Shogun, un auténtico malnacido que viola, mata y tortura para su deleite, hacen que la paciencia de uno de los clanes llegue al límite, temiendo por la própia estabilidad del país; así pues, deciden reunir a un grupo de samurais para acabar con su vida. El líder será un viejo espadachín retirado del camino de la espada, que encontrará en esta misión cási suicida, la oportunidad de rememorar tiempos pasados.

Seguramente esta sea la película más clásica, más ortodoxa del director de Osaka, aunque por supuesto se guarda un par o tres de ases en la manga, esas imágenes o momentos que te recuerdan quién esta tras la cámara; aún así formalmente la primera hora de la película es de libro, con un estilo muy sóbrio, respetando el género, las formas y el ritmo pausado, sin espasmos en forma de movimientos de cámara. Si a esa primera hora en que la história se plantea y se pone en marcha le quitáramos el color, podría pasar perfectamente por una peli de samurais del año 60, un chambara de manual.

La segunda hora es la de la acción, y ahí el ritmo es explosivo. Esa segunda hora es simplemente espectacular, ya no sólo por ver las diferentes "trampas" planeadas por los 13 samurais (incluida una trampa con "animales", dejémoslo así, de lo más curiosa, especialmente para el público hispanoparlante), en este sentido el escenario, un pequeño pueblo de la montaña, acaba convertido cási en una espécie de párque temático de la muerte, un laberinto en el que los 13 van guiando a las tropas del villano de trampa en trampa, hasta el ansiado climax final.

Una de las virtudes de la película es que la película tiene un cierto fondo, o por lo menos el destino de los personajes tiene sentido; tanto el de los samurais luchando contra el poder corrupto, como por otro lado el papel de los própios espadachínes en una época cercana a la era Meiji, en que se estaban convirtiendo en un anacronísmo.
Por eso los 13 aceptan la misión cási suicida, una manera de "ser útiles" de nuevo, de luchar por lo que creen aunque eso, de la manera más honorable, les lleve a la muerte. A mi en cierto modo, viendo la película, los personajes más veteranos, los de Yoji Yakusho y Hiroki Matsukata, me recordaban a los viejos cowboys de "Grupo salvaje", hombres que sólo saben jugarse la vida, y que han quedado fuera de época.

El reparto es fantástico, con dos actores punteros como Yoji Yakusho como samurai lider del grupo, y Takayuki Yamada, que interpreta al sobrino de Yakusho, ambos imponen una determinación brutal en sus acciones. El resto del grupo no se queda atrás, destacando especialmente Hiroki Matsukata , otro viejo rockero de la era gloriosa de la Toei que forma el "duo veterano" junto a Yakusho, con una presencia absolutamente majestuosa, Tsusoyi Ihara, un alumno del personaje de Yakusho que representa el respeto por la tradición y el bushido, y Yusuke Iseya, que interpreta a un curioso personaje, "el treceavo asesino", que recuerda al Kikuchiyo de "Los 7 samurais" por su locura y desverguenza, y que supone sin duda uno de esos "ases en la manga" de Miike.
Por supuesto tambien destacar a Goro Inagaki, que interpreta al malvado señor feudal Naritsugu Matsudaira con una frialdad y crueldad a prueba de bombas.

La puesta en escena es simplemente espectacular, tanto en su primera parte, con varios decorados reconstruyendo con una ambientación simplemente perfecta la época, como en la segunda parte, el pueblo donde se desarrolla la acción, que parece completamente construido para la película, valiéndole el premio al mejor diseño de producción a Yuji Ayashida en esta edición de Sitges.

Como homenaje contentará a la mayoría de fans del chambara, y como film de Miike mantiene el listón de sus producciones de los últimos años, siéndo este seguramente su film más completo en tiempo, y eso es mucho decír.
Grande Miike.

9´5 de 10

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